beneficios saludables

¿Funcionan los beneficios saludables de las empresas?

Cada vez más empleadores ofrecen beneficios saludables a sus colaboradores y, con la pandemia, cada vez más empresas ponen el foco en la salud mental de su equipo. Pero, ¿son estas medidas valoradas o demandadas por los trabajadores? ¿Sirven realmente para mantener el bienestar de las personas en la empresa?

Así, sin más datos ni contexto, no hay respuesta correcta. La evidencia dice que, indudablemente, los beneficios saludables ayudan, aunque dependiendo de otros muchos factores, pueden ser determinantes o no.

En un reportaje de la BBC sobre estas cuestiones, se podía intuir la importancia de la cultura corporativa. En una empresa calificada como seria o más tradicional, del sector financiero estadounidense, los empleados no manifestaban gozar de bienestar, estar felices en el puesto de trabajo o sentir simpatía por la marca. Curiosamente, la empresa disponía de gimnasio, catering, actividades de team building y otros beneficios muy valorados en empresas consideradas como más modernas o jóvenes.

Estas medidas, a menudo son tomadas como extras, y nunca se entienden como una forma que tiene la empresa de cuidar la salud de su equipo. Pero según el mismo reportaje, el sentimiento de los trabajadores comenzó a cambiar cuando se le dio una vuelta de tuerca al concepto de “cuidar del empleado”. Cuando la compañía comenzó a organizar talleres y clases sobre cuidado personal, mejora del sueño y salud mental, en una clara muestra de verdadera preocupación por algo que habían empezado a intuir en el equipo.

Según los expertos, las grandes empresas están cambiando el chip. El trabajo es una parte importante de la vida de las personas, donde se pasa la mayoría del tiempo; y las organizaciones deben comprender que son responsables de la estabilidad emocional, el bienestar físico y el apoyo de las personas que las componen. Más aún en un contexto en el que la pandemia ha causado estragos en la salud mental (sin olvidar que parte de esta también se ve influida por la salud física y viceversa). Las corporaciones pioneras y las pymes responsables están cada vez más concienciadas sobre este asunto.

En cualquier caso, los programas relacionados con la salud física y mental de los trabajadores son solo la punta del iceberg. Mantener al equipo seguro, sano y feliz es una tarea mucho más compleja, que requiere un compromiso sostenido en el tiempo y que debe abordarse teniendo en cuenta la singularidad de la organización.

 

Tendencias en beneficios saludables para los empleados

Los tiempos del vending saludable y el gimnasio en la oficina no han terminado, pero a día de hoy, existen otras muchas iniciativas que marcan una mayor diferencia y, generalmente, son menos costosas que instalar máquinas para hacer ejercicio, zonas de descanso y salas de juego.

Según el informe Employee Wellness Industry Trends de 2021, el 88% de las empresas de Estados Unidos va a invertir más recursos en la salud mental del equipo. Además, más del 80% manifiesta que va a invertir recursos en programas para gestionar el estrés o mejorar la resiliencia; mientras que más del 50% confían en mejorar la salud de sus colaboradores ofreciendo clases de meditación o mindfulness.

Este tipo de acciones son una clara tendencia que, más pronto que tarde, veremos por aquí. Pero no son nada nuevo, ya se viene hablando de ello en los últimos años; la pandemia no ha hecho más que acelerar e incrementar estas estrategias. El teletrabajo, el confinamiento, el aislamiento, la pérdida de ingresos o incluso el miedo, han debilitado la salud mental de muchas personas; de todo tipo y condición. Los problemas mentales de hoy no son nuevos, pero se manifiestan con mayor virulencia y en muchas más personas.

Lamentablemente, este panorama ha cogido a muchas empresas de forma desprevenida. Por ello, en la mayoría de casos, los programas relacionados con la salud mental no son un paso hacia adelante, una estrategia preventiva o una propuesta adicional para atraer y retener talento. Son programas absolutamente necesarios que las compañías están poniendo en marcha de forma reactiva ante un hecho que se ha manifestado de forma casi repentina y que requiere una respuesta urgente.

Otra de las tendencias, relacionada también con las transformaciones del espacio de trabajo por el coronavirus, es la importancia de la familia. Las empresas saben que, siendo una parte esencial de la vida de los trabajadores, están (como mucho) en segundo lugar de la clasificación. Por ello, se empieza a ver una mayor preocupación por el entorno de cada empleado y las medidas para ayudar en este sentido van en aumento: días extra para situaciones de necesidad, guarderías en el trabajo, ayudas para contratar personal de cuidados, seguros de salud, jornadas de teletrabajo para cuidar de los hijos, reducciones de jornada, flexibilidad horaria, etc. Nada nuevo, pero del mismo modo, de una forma mucho más decidida y con un cierto carácter urgente.

 

Cómo reciben los empleados los beneficios saludables

La cuestión es que las organizaciones reconocen la necesidad y, cada vez más, ofrecen beneficios como apps de bienestar, sesiones de terapia eHealth o programas de mindfulness. Pero no hay garantía de que las personas empleadas las aprovechen.

En muchos lugares de trabajo pervive la concepción tradicional que divide el tiempo de trabajo y el tiempo personal; por lo que aceptar esta serie de programas y aprovecharlos no es tan fácil. Más difícil se hace involucrarse en ellos cuando estamos hablando de salud mental, que aunque poco a poco se va normalizando, aún conserva cierto estigma relacionado con la debilidad (cuando esta relación es absolutamente falsa). Muchas personas no se sienten cómodas tratando estas cuestiones con jefes o colegas, y sienten miedo de perder oportunidades profesionales por hacerlo.

Algunas personas son reacias a participar en programas de este tipo, incluso cuando se realizan de forma privada o con garantía de confidencialidad. Una sombra de duda sigue planeando en todo lo relacionado con el trabajo, sobre todo en algunas empresas, donde se piensa que toda información acaba llegando a la dirección, de una forma u otra.

Desde una perspectiva del liderazgo, es habitual pensar que la gente quiere tener un foro en el que pueda abrirse y hablar. Pero en la mayoría de ocasiones, la realidad es que las personas no suelen querer abrirse a sus colegas y en caso contrario, no quieren hacerlo en un entorno laboral.

En definitiva, y de forma muy simple, los empleados pueden no querer participar en programas de beneficios saludables corporativos. Pero solo porque estos programas no son lo que necesitan: hay que construirlos de forma adecuada, adaptarlos al máximo (adoptando incluso la co-creación) y, por supuesto, ir acompañados de medidas imprescindibles que van antes que estas acciones.

 

Cómo mantener la salud física y mental de los trabajadores

¿Quiero ir a una clase de meditación? Seguramente, sí. ¿Es una cuestión fundamental que influye en cómo me siento como empleado? Generalmente, no.

Esta clase de acciones son positivas, pero no se puede empezar por ahí. La base son medidas que influyen directamente en las causas de los problemas desde un primer momento. De lo contrario, caemos en buenas intenciones que no son suficientes y están destinadas a ayudar a personas que ya están pasándolo mal, no a evitar que lleguen a pasarlo mal.

Los beneficios saludables y la formación en el cuidado propio son muy valiosos, pero como se ha comentado anteriormente, son extras. Es necesario crear un entorno de trabajo seguro, comprensivo y colaborativo con políticas proactivas que vayan al fondo del problema. La base de todo empieza con una serie de requerimientos imprescindibles:

  • Inversión en relaciones entre compañeros, y de la dirección con los empleados (planes de onboarding, comunicación fluida, cultura corporativa, etc.).
  • Equilibrio entre vida personal y laboral (horarios flexibles, disponibilidad de recursos de trabajo, definición de roles, etc.).
  • Garantía de seguridad en el puesto de trabajo (material adecuado para cada puesto, limpieza de desinfección para evitar enfermedades, prevención de riesgos laborales, etc.).
  • Protección de la salud y del entorno (limpieza e higiene de los espacios, promoción de actividades deportivas, fomento de la alimentación equilibrada, etc.).
  • Especial cuidado en el cumplimiento de las cuestiones básicas de cualquier empleo (salario digno, beneficios sociales, planes de formación, etc.).
  • Fomento del sentimiento de pertenencia a la organización (visión estratégica desde la dirección, políticas de responsabilidad social corporativa, fomento de la diversidad, etc.).
  • Disponibilidad de ayuda en la medida de lo posible (consulta psicológica, buzón de sugerencias, acciones de concienciación, etc.).

 

El reto es que las personas puedan llegar a expresar que el trabajo es bueno para su salud, tanto física como mental. El beneficio a nivel personal y social es evidente. Pero el beneficio para la empresa puede ser inconmensurable.

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