En los últimos años, se ha producido un cambio significativo en la forma en que las empresas abordan la responsabilidad social y ambiental. Las organizaciones ya no solo buscan maximizar sus beneficios financieros, sino que también están prestando más atención a las consideraciones sociales y ambientales. Esto ha llevado a una mayor popularidad del enfoque en las inversiones sostenibles y responsables, también conocidas como criterios ESG. Las tendencias ESG están transformando la forma en que las empresas operan, y los inversores están prestando más atención a cómo las compañías abordan estos temas.
En este contexto, Forética presenta cada año su informe de tendencias ESG, y estas son las cinco más importantes a las que debemos prestar atención en este 2023.
1) Impacto macroeconómico, geopolítico y social
La agenda de la sostenibilidad ha tenido un amplio consenso en los últimos años, pero las distintas crisis solapadas han mostrado sus puntos débiles. En un escenario complejo de crisis económica y social, el impacto de las guerras y grandes crisis humanitarias, la apuesta por la sostenibilidad sigue siendo la mejor solución para abordar los grandes retos sociales y políticos.
El objetivo de crear un modelo más próspero y de bienestar para todos dentro de los límites del planeta debe ser irrenunciable. Por lo tanto, la sostenibilidad seguirá avanzando, quizá de una forma algo más contenida por el contexto político, económico y social; pero con los valores intactos. Así, los pequeños avances pueden cobrar una mayor relevancia, gracias a su capacidad para generar un alto impacto con pocos recursos. Por ejemplo, la implantación de modelos de gestión responsable de residuos.
2) Integración de aspectos ESG en la toma de decisiones
La sostenibilidad ha estado presente en los discursos de los CEO en los últimos años. En algunos casos, incluso, lo ha estado en sus acciones, ya sea influidos por las tendencias ESG o por convicción. Pero la guerra de Ucrania, las dificultades económicas derivadas de la pandemia, la conflictividad social en algunos países y otros acontecimientos desplazaron la sostenibilidad para volver a hablar mucho más de aspectos financieros.
Es el momento de una sostenibilidad más sobria y madura, que esté 100% integrada en la toma de decisiones de las empresas y menos en los eventos, los logos, los anuncios y los eslóganes. Porque hacerlo de esa forma es la mejor manera de garantizar unos buenos resultados financieros. La crisis climática avanza y pone en riesgo la salud (física, emocional, financiera, etc.) de millones de personas y, a la larga, no habrá empresa que lo soporte. Es responsabilidad corporativa, sí; pero sobre todo es liderar en un mundo en continuo cambio.
3) No hay Net-Zero sin Nature-Positive
El cambio climático ha sido el foco de atención en materia de sostenibilidad durante mucho tiempo. Es evidente que para un futuro sostenible necesitamos reducir las emisiones hasta el punto en el que la atmósfera las pueda absorber (Net-Zero), pero eso será cada vez más difícil si seguimos destruyendo el entorno natural. A mayor y mejor biodiversidad, mayor absorción; así que hay que poner el foco, también, en estrategias Nature-Positive.
Los beneficios de hacerlo son incontables, desde una mejor salud para todas las personas hasta preservar la mayor riqueza de la que disponemos (miles de especies de fauna y flora que pueblan el planeta). Pero el coste de no hacerlo es demasiado alto: se calcula que podemos destruir el 50% del PIB global si no protegemos la biodiversidad, el agua dulce, la tierra, los océanos y la atmósfera. Por ello, adelante con las empresas y oficinas verdes; pero también con el cuidado del entorno, la creación de espacios verdes, el fomento del voluntariado ecológico, las compras responsables…
4) Acciones en un entorno turbulento
El contexto económico, social y político es una de las principales preocupaciones de todo el informe de Forética. Existe una gran complejidad en el papel que juegan las empresas en el ámbito de la sostenibilidad, pero cuando el foco se desplaza hacia lo inmediato, las organizaciones que lo mantengan en el impacto social conseguirán diferenciarse. Hay que proponer un consumo más racional, un mejor cuidado del equipo, luchar contra la desigualdad y ofrecer confianza.
Esto es clave para atraer y retener talento. Y el mejor talento lo quiere todo: beneficios, retos, diversidad, valores, impacto… La estrategia para conectar el propósito con los valores y alinearlos a nivel empresarial cobra especial importancia entre las tendencias ESG. Las empresas deben plantearse medidas para evitar la escasez de personal para mantener la competitividad.
5) El valor de la cadena
La integración de los aspectos ligados a la sostenibilidad en las compañías, las han llevado a mejorar sus niveles de desempeño y responsabilidad social corporativa. Pero la sostenibilidad no puede ser un valor estanco y es hora de elevar los criterios ESG a las cadenas de suministro y todo tipo de proveedores. La regulación hará que muchas empresas se adapten a trompicones, mientras que aquellas que se adelanten, obtendrán una ventaja competitiva.
Las cadenas de suministro y la adaptación a nuevos marcos de reporte van a centrar la gobernanza de la sostenibilidad. Es el momento de evaluar a los proveedores desde aspectos de responsabilidad social y ambiental, además de los clásicos relacionados con la calidad, los tiempos y la contabilidad.
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