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Protocolos de limpieza: dudas y aclaraciones en tiempos de Covid-19

¿Cuándo limpiar? Esa es la pregunta fundamental cuando hablamos de protocolos de limpieza; pero no es la única a la que debemos hacer frente. Hay que pensar también muchas otras cuestiones: cómo hacerlo, cuándo hay que desinfectar, si es necesario fumigar, etc.

Los profesionales de la limpieza tenemos una gran responsabilidad a la hora de asegurar la seguridad y la higiene en los edificios en los que intervenimos, dejándolos perfectamente limpios para su uso por parte de otras personas. Y la posibilidad de lograr el objetivo pasa por realizar protocolos de limpieza bien estudiados y estructurados.

Pero antes de nada, es necesario saber qué es limpiar y qué es desinfectar; las diferencias entre ambas actuaciones y cuándo debe emplearse cada una. Esta es una conversación que ha vuelto al candelero tras la apertura del confinamiento durante la desescalada. Ahora que parece que nos enfrentamos de nuevo a un riesgo similar al vivido durante la primera ola del coronavirus, se vuelve a poner el foco en los profesionales de la limpieza. Y aunque siempre la hemos tenido en mente y hemos actuado en consecuencia, la responsabilidad se hace más patente.

La experiencia de más de 30 años y la continua búsqueda de mejoras a través de la innovación, nos ha dado el conocimiento para evaluar trabajos con nuestra Consultoría y diseñar protocolos de limpieza efectivos para nuestros clientes. Y sabemos que cualquier profesional de la limpieza debe saber cómo tomar la decisión acertada sobre el tipo de protocolo de limpieza y los procesos que se deben llevar a cabo en según qué circunstancias.

Debemos, queremos y sabemos que hay que garantizar una buena higiene ante tamaño riesgo; pero también somos conscientes de la necesidad de generar confianza, así que vamos a realizar una serie de puntualizaciones sobre protocolos de limpieza con este fin.

 

Limpieza o desinfección

La limpieza es, para nosotros, cuidado de la salud de las personas. Por tanto, cuando hablamos de limpieza, generalmente englobamos todo protocolo necesario (también la limpieza de desinfección si así se requiere) para que un espacio sea seguro, se vea limpio, no contamine y ofrezca una buena imagen. Si no lo tiene todo, no es un espacio limpio.

La limpieza para el sector es, básicamente, la retirada de suciedad. Mientras que la desinfección incluye este concepto de limpieza, pero requiere también la eliminación de estos microorganismos en una superficie concreta.

Por poner un ejemplo sencillo, la limpieza de manos se realiza con agua y jabón para retirar la suciedad; mientras que si utilizamos alcohol, realizamos una antisepsia (el equivalente en las manos de una desinfección en una superficie) para matar los microorganismos.

 

Coronavirus y desinfección

No es estrictamente necesario suplementar los protocolos de limpieza existentes con medidas adicionales para combatir al coronavirus; al menos, de base. Es posible que, según el caso, sea necesario; por eso es importante realizar un estudio en condiciones (no es lo mismo una oficina con poca afluencia de gente que un hospital).

La limpieza de desinfección es importante para reducir el riesgo de Covid-19 de forma potencial en hogares, oficinas, centros educativos, gimnasios, edificios públicos, mercados, transporte o negocios. Las superficies de mucho contacto en estos lugares, han de ser identificados como prioritarios para realizar estos protocolos de desinfección; como pueden ser los pomos de las puertas, las zonas de preparación de alimentos, mobiliario de los servicios, pantallas táctiles, teclados de ordenador u otras superficies de trabajo.

El protocolo de desinfección debe garantizar en todo momento la seguridad de los usuarios y del personal de limpieza, así como el cuidado de las superficies o mobiliario y el medio ambiente de la mejor forma posible. Así, se debe establecer por donde empezar, cómo se guardan los productos de limpieza, cómo se aplican durante el protocolo, etc.

En la práctica, siempre debemos limpiar y después desinfectar, aunque aparentemente no haya suciedad. Pero lo más importante es establecer los protocolos de limpieza adecuados para implementarlos y garantizar su seguimiento: herramientas, formación y comunicación para que el equipo sepa cómo actuar en cada caso sin riesgos.

 

Delirios de desinfección

Existen un puñado de fabricantes que ofrecen productos milagrosos que desinfectan durante largos periodos de tiempo. Pero la realidad es que no hay evidencia clínica o científica de la utilidad de esta clase de productos. Los productos en los que se debe confiar no ofrecen milagros, simplemente un apoyo para luchar contra los virus y bacterias durante unas horas, lo que combinado con protocolos de limpieza bien establecidos y otras medidas de seguridad, pueden contener la propagación de enfermedades.

 

Fumigación no es la solución

La fumigación a gran escala en lugares como calles o mercados abiertos para luchar contra la Covid-19 u otros patógenos, no está recomendado (y menos aún en espacios cerrados). Entre otras cosas porque las calles, que están al aire libre, y el pavimento, no son rutas de infección.

Aplicar según qué tipo de desinfectante, incluso al aire libre, puede ser nocivo para la salud de las personas y causar irritación de ojos, daños en la piel o dificultad para respirar. Por otro lado, la desinfección puede ser poco efectiva si hay presencia de suciedad. La importancia de limpiar antes de desinfectar es crucial ya que, si hay suciedad, puede ser que el desinfectante no llegue donde están los microorganismos; pero realizar una limpieza efectiva previa en la calle requiere de un importante trabajo que puede no ser factible. Y además, es improbable que una fumigación de este tipo llegue a cubrir adecuadamente las totalidad de las superficies, evitando que muchos patógenos tengan el contacto necesario con el desinfectante para morir.

Mucho menos aconsejable es rociar espray desinfectante sobre personas ya que, entre otras muchas contraindicaciones para la salud, no evitará que se pare la propagación. Bastará con que esa persona tosa estando infectada, aunque acabe de salir de la cabina de desinfección.

 

La ayuda de la tecnología

La innovación es una importante aliada en el caso que nos ocupa. En los últimos meses hemos visto proliferar algunas ideas que tienen como objetivo la eliminación del coronavirus pero, ¿son efectivas?

Los aparatos de radiación UV están diseñados para espacios clínicos; pero existen muchos factores que afectan a su eficacia: irradiación, distancia, dosis, tiempo de exposición, longitud de onda, colocación, estado del aparato, su antigüedad, posición, tamaño del espacio, reflexión, etc. El caso es que este tipo de tecnología está creada para aportar al trabajo de limpieza y/o desinfección, no para sustituirlo, y se suelen utilizar en situaciones muy concretas.

El film de cobre antimicrobiano, por su parte, es una de las ayudas que más ilusión ha generado en la lucha contra la Covid-19 en espacios con mucha afluencia de personas. Dado que el virus aguanta poco tiempo sobre el cobre (en comparación con otros materiales como el acero o el plástico), este film se puede colocar en superficies con mucho contacto para que evite la propagación por el tacto. De nuevo, no es un elemento que sustituya a la limpieza; pero es de mucha ayuda para prevenir entre los protocolos establecidos.

 

En definitiva, el mensaje es claro: de entrada no hay por qué suplementar los protocolos de limpieza con medidas adicionales para contener el coronavirus; pero sí es importante evaluar la situación particular para establecer un procedimiento adecuado. Contacta con nosotros si necesitas una evaluación de riesgos y una propuesta de mitigación.